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48 y quemaron a los babilonios que estaban alrededor.

49 Mientras tanto, el ángel de Dios bajó a donde estaban Abed-nego y sus compañeros, y alejó del horno las llamas de fuego. 50 Dentro del horno sopló un viento fresco que mantuvo el fuego lejos de ellos, por lo que ninguno sufrió molestias ni quemadura alguna.

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